martes, 1 de febrero de 2011

El coloso de Yonaguni

href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP1GBbaK5-R-cGNyO7Iyh4ZtuxyX4SA2bEJ1jh-56M5ASbYaHq_7F28Qtvb0PJjx8P_-5WENhnFNa5alyOoCdvajOIHYYaCpsey6BfUcZFPAsAZ8V8_bDVFPwxx5sBGFDL6Q8oLHPXxhqG/s1600/Yonaguni+I.jpg">Como todos los 'templos' arqueológicos antiguos, el de la isla de Yonaguni fue un lugar de conocimiento, dónde prever el futuro, y también de propiciación.
Éste se encuentra sumergido 25 m.
Según las enseñanzas budistas que llegaron a Japón hacia el 550 después de Cristo, el Fuji Yama fue creado cuando un poderoso terremoto sacudió la tierra, una noche del año 286 a. C., haría 2.298 años. Los mismos movimientos sísmicos abrieron la tierra y formaron el lago Biwa, la mayor masa de agua del interior de Japón, situado a unos 280 km al Oeste. Japón es un territorio donde se manifiestan terremotos muy violentos.
Convergen allí las Placas Euroasiática, Filipina y del Pacífico empujando en sentido opuesto. El volcán Fuji (punto rojo en el mapa) se encuentra sobre esa intersección, muy cerca de Tokio.

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